martes, 5 de mayo de 2015

Capas Seseña (1901)

Capas Seseña

Casa Seseña tiene su único establecimiento actual en la calle de la Cruz, nº 23 de Madrid, España. Es una bonita tienda que conserva la decoración propia de los comercios madrileños de finales del siglo XIX.

Esta calle madrileña llegó a albergar en su corta extensión más de una docena de sastrerías de las que tan solo se ha mantenido la Casa Seseña.

Su fundador, Santos Seseña Rojas, vino a Madrid cuando contaba 14 o 15 años. Era de un pequeño pueblo en Toledo, Yuncos, y vino a la capital en busca de trabajo, como tantos otros han hecho a lo largo del tiempo. Comenzó a trabajar como aprendiz en una sastrería ubicada en la calle de la Cruz.

En 1901 abrió  su propia sastrería vendiendo todo tipo de ropa para caballero incluida la capa española, por entonces prenda de abrigo de uso común en el vestir del hombre español. No obstante, a lo largo de esos primeros años del siglo XX la capa española iba a ir poco a poco dejando de usarse y desapareciendo de la calles. A una prenda pensada para caminar con ella sin prisas, ni apreturas, los cambios de las modas y costumbres y el creciente ritmo del siglo no le podía sentar bien y las capas empezaron a dejar de ser prenda habitual y obligada.

El espíritu moderno y emprendedor de Santos Seseña le lleva a llamar a su sastrería “Le Printemp”, que poco tiempo después cambiaría por el de Sastrería Seseña.

En esta época, cuando ya las sastrerías de Madrid habían abandonado su confección, Santos Seseña se da cuenta que a pesar de su virtual desaparición, la capa está en el sentir popular como una prenda representativa y elegante, plena de significados y propicia para resaltar la personalidad de quien la lleve, y decide, no solo seguir confeccionando capas, sino especializarse en su diseño creando modelos acordes con los nuevos tiempos sin dejar de hacer los modelos más clásicos.

De estos primeros años del siglo XX le viene su fama a Casa Seseña. Gracias a la visión inteligente y emprendedora de su fundador que contra modas y modos, como él solía decir, se empeñó en seguir fabricando artesanalmente, con la mayor calidad, la capa española. Es decir, desde sus comienzos la Casa Seseña ha mantenido la tradición sin descuidar la modernidad que los tiempos iban imponiendo. Quizá sea esta sea la razón principal que ha permitido que hoy esta empresa siga en la misma calle, en el mismo local, regida por la cuarta generación de la misma familia, vendiendo el mismo producto desde hace más de cien años, sin que guerras europeas y civiles, posguerras infinitas, crisis y depresiones económicas, cambios sociales y políticos lo hayan podido impedir. Toda una odisea comercial.

Santos Seseña Rojas murió en 1960. Desde 1927 había contado con la inestimable ayuda de su único hijo varón Tomás Seseña Palacios que murió prematuramente en 1958. Tomás Seseña, abogado de amplia cultura y dotes artísticas supo conectar el producto familiar con los sectores de la sociedad sensibles y propicios a mantener la capa española en uso y rodearla del prestigio social. Colaboró con la ciudad de Madrid en numerosas iniciativas culturales, en especial en el terreno teatral y musical, labor que le fue reconocida por el Ayuntamiento madrileño con la medalla de la ciudad. Tras su desaparición, Concha Diez Lafuente, su viuda, y sus seis hijos, son los llamados a continuar con la empresa. Tras un difícil periodo de cinco años en los que Concha Diez fue eslabón importante de esta historia, en 1965 se hace cargo de la empresa el nieto menor del fundador, Enrique Seseña Diez que impulsa la empresa, renovando personal, especializando el negocio en la venta exclusiva de capas y montando taller propio donde no solo se cortan las capas una a una, sino que se cosen con el máximo respeto a los procedimientos de la artesanía manual. Esta nueva situación permite ampliar la producción a modelos femeninos y se logra extender, con éxito, el uso de la capa clásica también a la mujer, que a partir de estas fechas representa el cincuenta por ciento de la clientela. En 2009, Enrique Seseña se retira y entrega la responsabilidad de la empresa familiar a sus hijos Marcos y Daniel Seseña Blasco que constituyen la cuarta generación y que en la actualidad dirigen el negocio en funciones de gerencia y relaciones externas, respectivamente.
Capas Seseña
Estas sencillas historias se fraguan gracias a los esfuerzos, a las ideas y sobre todo a la entrega de las personas que han trabajado a lo largo de tantos años en Casa Seseña y que forman parte por derecho propio de la historia de la casa. Pedro Nielfa, Florencio Córdoba, Antonio Prado y Maricarmen López son un ejemplo de esa entrega, siempre identificados con la fama y los fines de la firma a la que dedicaron tantos años.

A lo largo de estos 110 años Casa Seseña ha vendido capas al mundo entero. Su tienda es visitada por los madrileños y por los viajeros más diversos que buscan en el centro de Madrid sus esencias y que encuentran en Seseña esos aromas que tiene la historia de las ciudades viejas de la que los Seseña forman parte y a la que siguen contribuyendo.

Las fechas más importantes que conforman el anecdotario cronológico de este establecimiento son:

1901
Santos Seseña Rojas inaugura su sastrería en la calle de la Cruz de Madrid, España, esquina a la calle Espoz y Mina a cuatro pasos de la Puerta del Sol, corazón comercial y ciudadano de Madrid. A pocos metros del recién comercio abierto, estuvo desde el siglo XVI hasta su demolición a mediados del XIX uno de los teatros más importantes de Madrid, el Teatro de la Cruz. En él se estrenaron obras de Lope de Vega, Moratín y el Don Juan Tenorio de Zorrilla. También a pocos pasos del teatro vivió parte de los días que pasó en Madrid el famoso aventurero y diplomático veneciano Giacomo Casanova al que llaman la atención las largas capas que visten los madrileños.

1927
El Rey de España, D. Alfonso XIII encarga a la Casa Seseña capas para él y  sus dos hijos mayores, los Infantes D. Alfonso y  D. Jaime. Santos Seseña acompañado de su hijo Tomás fue personalmente al Palacio Real a tomar medidas al rey y a sus hijos. Desde entonces la Casa Seseña tiene el título de “Proveedores de la Casa Real” española.

1928
Se funda en Madrid la Asociación de los Amigos de la Capa por un grupo de personalidades vinculadas a la cultura que, convencidos de la belleza de la capa, intentan  impedir que su uso desaparezca de las calles. La Asociación está hoy plenamente vigente y se han fundado muchas otras en otras partes de España, México y Argentina.

1929
La noche del 8 de Febrero de ese año hizo en Madrid un frío extraordinario y por la mañana del día siguiente, los madrileños vieron asombrados que la estatua de la diosa Cibeles, la fuente más famosa de la ciudad, aparecía, en su carro tirado por dos fieros leones, cubierta con una capa Seseña protegiéndola del frío. Todo Madrid atribuyó a Santos Seseña el gesto, aunque él siempre lo negó. Salieron fotos en los periódicos con los bomberos retirando la capa del monumento público.

1955
Regalan a Pablo Picasso, que residía en Francia, una capa Seseña. El autor del regalo es el famoso torero Luis Miguel Dominguín, gran amigo del artista. Existen numerosas fotos de Picasso con capa, prenda que para él simbolizaba los años de su juventud en España. Pero, sin duda, la anécdota que une a Picasso definitivamente con Capas Seseña es la protagonizada en los años 70 por Eugenio Arias, su barbero y amigo, y por la última esposa del artista, Jacqueline Roque, quien encargó a Eugenio que comprase en España una capa, que quería regalar a su marido. Eugenio se las ingenió para comprarla en Casa Seseña. La capa llegó a Picasso a través del Real Madrid que jugaba esos días un partido en Niza. La historia, no obstante, no acaba aquí ya que, según declaraciones de su viuda, Pablo Picasso fue enterrado posteriormente con la capa.

1964
Los Brincos, famoso grupo de pop español, encargan en Seseña capas que se confeccionan especialmente para ellos. Posteriormente, aparecen con las capas en la portada de varios de sus Lp’s, en conciertos y en los principales programas de televisión de la época.  Así, simbolizan el descubrimiento de la capa por la juventud de los 60. Por los mismos años los Beatles se fotografían también usando capas en las portadas de alguno de sus discos. (“Help”).

1972
En las Olimpiadas de Invierno de Sapporo, Japón de 1972, el medalla de oro de Slalom Gigante, el español Francisco Fernández Ochoa recoge su premio con una capa Seseña de color negro que resaltaba, muy elegante, sobre el blanco de la nieve.

1974
Marcello Mastroianni visita la tienda con su pareja de entonces, nada menos que la famosa actriz francesa Catherine Deneuve, y ambos rubrican su estancia en el libro de firmas de Seseña.

1984
El 14 de Octubre de este año, el New York Times publica un largo artículo del profesor americano Robert Packard sobre las impresiones de su viaje por España, que titula “In Madrid, one store is capital of capes”. En el artículo cuenta a los neoyorkinos su descubrimiento de Casa Seseña y lo hace en términos tan elogiosos que provoca que más de mil neoyorkinos  se dirijan por correo postal a Seseña pidiendo información y que como consecuencia, se envíen más de quinientas capas a clientes norteamericanos.

1989
Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura de aquel año, encarga a Seseña una capa negra con embozos granates para cubrirse con ella en la solemne ceremonia de entrega de premios.

1993
En febrero de este año, el magnífico director de cine italiano Federico Fellini visita Seseña, y para no ser menos que el actor Yul Brinner, que en los años 50 había adquirido seis capas, adquiere otras seis para regalar a sus amigos.

1997
En el mes de Diciembre, el Presidente Bill Clinton y su esposa Hillary visitan oficialmente España. Días antes se hace saber a la Casa Seseña que Hillary Clinton, aconsejada por su hija Chelsea que ya tiene una capa Seseña, está interesada en adquirir otra para ella misma. Por razones de seguridad se traslada a la embajada de U.S.A. en Madrid un amplio muestrario para facilitar al máximo la elección. La Sra. Clinton tras charlar distendidamente con Enrique Seseña y Maricarmen López, elige una capa de color azul y está tan satisfecha con su adquisición que esa misma mañana la lleva puesta por todo Madrid y al día siguiente durante el viaje de vuelta a Washington. De esta forma, numerosas fotos muestran en todos los medios de información a Hillary Clinton con su capa madrileña y la Casa Seseña recibe con satisfacción numerosas felicitaciones y se enorgullece de contar entre sus clientas a tan eminente dama.

 2001
Se cumplen 100 años desde la fundación de aquella pequeña sastrería a medida. Muchas cosas han cambiado pero la esencia es la misma. Seseña sigue cortando sus capas una a una, con los mejores paños de Béjar, Salamanca, cosidas a mano individualmente con respeto a los patrones, calidades y procedimientos de calidad que dieron fama desde sus inicios a la casa. “2001, la odisea de la capa” La casa Seseña se convierte en su propia anécdota.

2008
Un coche negro para en la calle de la Cruz frente a Seseña y desciende, el actor Pierce Brosnan. En un viaje relámpago a Madrid para rodar un anuncio de TV, el actor tiene tiempo para seguir el consejo de una amiga de su mujer: “Si vas a Madrid, no dejes de visitar Capas Seseña”.  Así lo cumple y, además, adquiere dos capas de regalo para su mujer y su madre.

2010
Capas Seseña consolida su presencia en Internet y de ello da buena cuenta nada menos que un gurú de la red como es Jeff Bezos, creador de Amazon.com quien, junto a su familia visita la tienda y adquiere 6 capas.

2 comentarios:

  1. Hola José Manuel,
    soy Paula la chica que estaba en la tienda cuando viniste a hacer las fotos.
    Muchas Gracias por el post y las fotos, son muy bonitas.
    Me podrías dar tu dirección de correo electrónico por favor?
    Muchas Gracias
    Paula (Capas Seseña)

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  2. Visito todos los años esta tienda: elegancia e inteligencia.
    Y me paro con frecuencia delante de su escaparate.
    Tengo una capa que me hizo mi madre: Emiliana. Modista de pueblo.
    La capa es belleza y confort.

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