Los primeros datos que avalan la
existencia de la Farmacia del Globo de Madrid se remontan a 1870, aunque
algunos estudiosos afirman que hay evidencias de un pasado todavía más remoto. Se encuentra en la plaza de Antón Martin,
entre la calle de Atocha y la calle de la Magdalena.
Llamada así por su
decoración anterior a la Guerra Civil, llena de carteles anunciadores y la
leyenda “Botica del Globo”, al que se añade el globo Montgolfier, que colgaba y
cuelga en lo alto. Tanto los anuncios como el globo eran típicos de las
farmacias inglesas de la época Inglaterra y que
terminaría dando nombre a este local, destinado a convertirse en una
referencia.
En esa primera época estaba regentada por un farmacéutico, el Doctor Trassera. El globo era signo de distinción, ya que los
primeros farmacéuticos ingleses con titulación colocaban éste para distinguirse
de los herbolarios y las droguerías.
En aquella época la Farmacia del Globo
sólo constaba de una cueva y un piso. Encima de éste había otros pisos ocupados
por distintos inquilinos. En uno de aquellos, en el tercero exactamente, vivió
Ramón y Cajal durante algunos años.
Fue una de las pocas de Madrid llamadas de
"Servicio Permanente ", de las que habría cinco o seis.
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Farmacia del Globo |
Tras la muerte por tuberculosis del Dr.
Trassera, su viuda la donó al Obispado, de cuyas manos la comprarían algún
tiempo después los farmacéuticos Fermín Puyol y Antonio Terán.
En la Guerra Civil Española cayó una
bomba en el edificio lindante con la farmacia, quedando ésta seriamente dañada.
Más tarde se procedería a la reforma de la parte superior del edificio.
Gradualmente, con el transcurrir del
tiempo, los últimos pisos fueron desocupados por los inquilinos y anexionándolos
a la farmacia, hasta ocupar ésta las
seis plantas.
En el segundo piso se creó un laboratorio
donde entre otros se producían los siguientes productos: dermatina, crema del
globo, callicida…Todos ellos bajo el nombre comercial de la farmacia.
El establecimiento fue adquiriendo cada
vez más fama debido a su horario y surtido de especialidades. Contaba con dos
personas que compraban excedentes a otras farmacias de toda España. Además se
ocuparon muy intensamente de la confección de fórmulas magistrales de diversa
índole.
Por otra parte, Fermín Puyol fue haciendo
un museo de las cosas que quedaban antiguas y habían gozado de muy buena fama y
a ello dedicó un piso, llamado “el museo” con más de cuarenta mil envases catalogados, que su dueña actual, Lourdes
Nestales, quiere retomar.
Muchas personas, provenientes de otras ciudades
y aun de fuera de España, visitaban esta farmacia como una de las mejores y más
famosas de Madrid.
El 31 de enero de 1986 esta farmacia pasa
a nombre de Isabel López Gil, que la reforma con una instalación más acorde a
esos tiempos.
Años más tarde, pasa a manos de su hija
Lourdes Nestares, quien la actualiza robotizándola y la pone en sintonía con
los últimos avances.
Isabel López Gil, con cuatro hijos
farmacéuticos, lleva a cabo su deseo de transmitir la impronta de su estilo de
negocio a las generaciones posteriores. La Farmacia del Globo comienza de esta
manera su expansión.
Así, años más tarde, adquieren la farmacia situada en la calle de Carretas 12, regentada
por José María Nestares en la que destaca su servicio de ortopedia.
Marta Nestares adquiere otra farmacia en
la calle Goya 55, donde se ofrece un servicio de dermocosmética adecuado a las
necesidades de cada cliente.
La siguiente farmacia fue la de la calle Sangenjo en la que Pilar
Cervera, la titular, se preocupa por ofrecer una atención personalizada al
paciente.
La última apertura fue en la calle de la
Bañeza por parte de una de las nietas de Isabel López, María Isabel Alonso
Nestares, con la intención de seguir el buen hacer de esta saga familiar.
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