miércoles, 8 de abril de 2015

Casa Botín (1725)



Casa Botín es un restaurante de Madrid que figura en el Libro Guinness de los Records como el más antiguo del mundo.1 2 Casa Botín fue fundado por el francés Jean Botin y su esposa en el año 1725 como posada cerca de la Cava Baja, denominada Hostería Botín. Presenta una fachada de ladrillos con vista clásica del siglo XVI y ocupa cuatro plantas del mismo. La cocina es tradicional castellana.

Jean Botin y su esposa fundaron en el año 1725 (fecha grabada en piedra a la entrada) como posada con un horno de leña, el local ubicó su negocio en la planta baja (sobre la que hicieron una reforma) del edificio de la Calle Cuchilleros, 17 (muy cerca de la Plaza Mayor de Madrid). Ubicado en una zona muy céntrica de la capital. El negocio a la muerte de Jean y esposa recayó sobre un sobrino de ellos que se llamaba Candido Remis. El nombre actual de este local "Sobrino de Botín" procede de aquella época (1868). A pesar de afirmar ser el restaurante más antiguo del mundo hay otros casos que afirman serlo: el Stiftskeller St. Peter en Salzburgo (Austria) en el 803, el Hundskugel en Múnich que data del 1440 y la Tour d'Argent en París fundada en 1582. Según una cédula mostrada en sus paredes el local solicita en 1590 privilegio de exención de huéspedes de aposento y en 1860 desaparecen los alojamientos.

Una de las placas exteriores recuerda que el gran novelista Benito Pérez Galdós en su obra Fortunata y Jacinta menciona el restaurante (publicado en 1886-1887). La placa fue puesta por la Cámara de comercio e Industria el 25 de mayo de 1971. Lugar donde comieron los protagonistas de la novela: sus protagonistas Juanito Santa Cruz y Fortunata. Lo cierto es que en la novela se menciona una pastelería diciendo: "anoche cenó en la pastelería del sobrino de Botín". Cabe destacar que de los viajeros que han ido a Madrid en el siglo XIX, y que posteriormente han documentado sus viajes. Ninguno ha mencionado el mesón.

Había otro Casa Botín que se encontraba cerca de la plaza de Herradores y que Galdós hace mención en otra de sus novelas de 1897: "Misericordia". Para algunos autores de guías de viaje este otro Botín parecía más a un figón en el que se vende vino antes que un mesón. La fama le vino a "Sobrino de Botín" ya a comienzos del siglo XX, en 1920 llegando a abrir sucursales en forma de merenderos la Dehesa de la Villa. Una de las primeras menciones de viajeros corresponde a Beatrice Erskine y data de 1922. Beatrice narra Casa Botín en Herradores y la Pastelería de sobrino de Botín, ambos lugares muy modestos, pero pintorescos. Pronto escritores internacionales como Ernest Hemingway le empezaron a dar fama y prestigio.

En el siglo XX Botín es regentada por la familia González, formada por Amparo Martín y Emilio González. Finalmente en el siglo XXI, en enero de 2004, la familia González dueña del actual Botín (ya en su cuarta generación) ha logrado realizar la apertura de Botín en México (con una réplica exacta del horno original que se encuentra en España), se está estudiando abrir otros en Puerto Rico, Japón y Moscú.

El restaurante presenta una imagen del siglo XVI, ocupa cuatro plantas del edificio. En su interior los techos son bajos. La decoración se encuentra recargada de muebles y reliquias del pasado. Posee una única entrada cubierta de madera. Trabajan casi 70 personas en sus instalaciones. Posee una capacidad de unos 200 comensales, por regla general se sirven entre 350 y 400 comidas y cenas, habiendo registrando su récord en 735 en un día.

Las especialidades que se sirven en el local se fundamentan en la cocina castellana y madrileña. Los asados castellanos siendo muy afamado el cochinillo asado y cordero asado (Cordero lechal) que se realiza en su antiguo horno de leña que reside en el interior de la cocina. El asado de cordero lechal se prepara con aceite de oliva, pimentón, sal y ajo haciéndolo girar lentamente al fuego (asado media hora por cada lado). Son famosas las sopas al estilo castellano, una de las más mencionadas es la sopa al cuarto de hora (sopa de pescado). La repostería es muy famosa y se fundamenta en recetas clásicas: pestiños, bartolillos y flan de huevo.

Se menciona que el pintor Francisco de Goya estuvo trabajando en sus cocinas en 1765, antes de destacar como pintor (con 19 años).

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