Casa Mira es una pastelería ubicada en la Carrera de San Jerónimo, 30, muy cerca de la Puerta del Sol y a unos pasos de la plaza de las Cortes, en pleno Madrid de los Austrias.
A mediados del siglo XIX Luis Mira, un maestro confitero de
Jijona, artesano del turrón, de 21 años y con una inusitada visión empresarial
para la época, quiso probar suerte en Madrid. Abandono su pueblo natal con un
carro tirado por dos burras, cargada de turrón, y emprendió camino hacia la
capital. La historia (casi convertida en leyenda) cuenta que tuvo que reiniciar
su viaje hasta cuatro veces, ya que vendía el género antes de llegar a Albacete
a causa de lo apetitosos y sabrosos que son. En 1842 Luis Mira empezó su
negocio de venta de turrones en un puesto en la Plaza Mayor.
Luis Mira lograría que su fábrica de turrones se convirtiera
en proveedora de la real Casa de Isabel II, de Amadeo de Saboya, de Alfonso
XII, de la Regencia de María Cristina y de Alfonso XIII. La extraordinaria
calidad de la materia prima y su cuidada elaboración, hicieron que la fama de
los turrones de Mira se extendiera rápidamente.
Luis Mira tuvo cinco hijos, cuatro niñas y un varón que murió a los veinticuatro años. El apellido se ha perdido en sus herederos. Carlota Mira, la hija mayor, casada con el alicantino Vicente Ibañez, tomó las riendas de la empresa a la muerte de su padre.
En el siglo XX se ocupó del negocio el matrimonio formado
por Carlos Ibañez y Ángela Cremades y luego continuo regentando su hijo Carlos
Ibañez hasta principios del siglo XXI.
Para conservar la estética de mediados de siglo XIX, ha sido
respetada como pastelería y no ha querido entrar en la moda de las
cafeterías-confiterías. Es la única fábrica de turrones de mediados del siglo
XIX, y hoy en día es una de las tiendas de turrón más significativas de Europa.
Su fama es tal que envían sus productos dentro y fuera de España, pero no sólo
turrón, también venden todo tipo de variedades de dulces extraordinarios para
el paladar.
La tienda, a pesar de vender otros productos de confitería,
es famosa por la elaboración y puesta a la venta de turrones artesanales. La
tienda se ha ido especializando en la elaboración de dulces navideños que vende
durante casi todo el año.
Desde su fundación, en 1855, esta casa centenaria en
turrones se ha convertido en punto de peregrinación al que acuden golosos
devotos. Sus secretos: recetas artesanales, productos de primera y una atención
exquisita a su fiel clientela
Se trata de una tienda de tamaño mediano con dos aparadores,
aspecto de comienzos de siglo XX y que con orgullo muestra carteles de "proveedor Real
Casa". La elaboración de turrones (miel, almendra) se caracteriza por una
cuidada selección de materiales y por una presentación clásica. La proporción
de los ingredientes es estrictamente vigilada por el Consejo Regulador del
turrón de Jijona. Se ofrecen turrones de diversos materiales: duros, blandos,
de guirlache, de yema o de frutas.
La tienda es una sala espaciosa, cuadrangular, de paredes
revestidas de caoba y espejos. La cuidadosa presentación de los dulces en los
mostradores de cristal produce la ilusión de encontrarnos en una joyería. Frente
a la puerta de entrada, Don Luis Mira, inmortalizado en un retrato, permanece
en actitud vigilante para que todo continúe realizándose tal y como el ordeno
hace más de 150 años. Bajo el techo de escayola, repleto de artesonados con
motivos florales, llaman la atención diversas inscripciones que hablan de la
antigüedad del negocio, pero sobre todo, un escudo policromado en madera con la
leyenda “Proveedor de la Real Casa”
En este despacho hoy en día permanecen colgados en la pared,
como reliquias, los vestigios de quien llevó una vida notable y reconocida. Don
Luis Mira obtuvo la Medalla de la Orden de Isabel la Católica en el año 1868, y
allí se exhibe el metal entre más distinciones cuya procedencia resulta difícil
determinar.
Desde la apertura de Casa Mira, en el año 1855 hasta
nuestros días, median más de siglo y medio de vida ininterrumpida en el
transcurso de la cual ni ha variado el aspecto externo de la tienda ni las fórmulas
de elaboración de los productos.
Los actuales "Hijos sucesores de Luis Mira", como
reza el rotulo de la entrada, constituyen la sexta generación que desciende por
línea directa de aquel Luis Mira que actualmente está regentada por su
tataranieto Carlos Ibañez Méndez, que continua conservando, como no podía ser de otra manera, los
métodos artesanales y logrando siempre la mejor calidad.
Actualmente Casa Mira la regenta el tataranieto de Don Luis
Mira, conservando la tradición de aquel que fuese Caballero Tocado del Rey y
portador de la Real Orden de Isabel la Católica. Además, Luis Mira obtuvo un Grand Prix
en la Exposición Universal de París de 1899, lo que ilustra de forma clara la
importancia de este establecimiento cercano al Congreso de los Diputados.
Me acuerdo que mi madre siempre nos llevaba y compraba Ab trocito de los que nos gustaba y sino mirábamos lo bonita que era la tienda y olía estupendamente y nos decía : es el mejor de todo Madrid. Aún cuando voy por esa zona es un básico a visitar. Gracias Casa Mira( un incunable de los golosos como yo) . Felicidades
ResponderEliminarPaloma Herce Melendrez