jueves, 9 de abril de 2015

Posada del Peine (1610)

Posada del Peine

La Posada del Peine fue fundada en 1610, en la antigua calle del Vicario Viejo, hoy calle del Marqués Viudo de Pontejos. El primer propietario fue Juan Posada, quien abrió sus puertas al público en dicho año. En 1796, los nuevos propietarios, los hermanos Espino, encargaron a Francisco Álvarez Acevedo la ampliación de la Posada, mediante una licencia que permitía edificar una nueva planta en las dos fachadas del edificio. Este trabajo se llevó a cabo bajo el control del arquitecto municipal, Juan de Villanueva. Alrededor de 1800, se ampliaron sus instalaciones con la construcción de una casa contigua. Tras estas ampliaciones, se realizó otra modificación en 1863. Este nuevo proyecto permitió mejorar el estado estructural de la Posada, y aumentó de nuevo la altura del edificio, contando desde entonces con tres pisos. El proyecto corrió a cargo del arquitecto Juan Antonio Sánchez.

Posada del Peine
Posada del Peine. Vista desde la calle de la Sal
En 1868, año en el que Isabel II fue destronada, Madrid contaba con diversos establecimiento hoteleros pero la demanda crecía sin poder ser cubierta. A pesar de la construcción de los primeros hoteles en los inicios del siglo XX, la Posada del Peine se mantuvo y afianzó como el establecimiento de mayor prestigio de Madrid. Por aquel entonces la Posada contaba con 150 habitaciones. Más adelante, en 1892, para mejorar su aspecto estético y como conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América, el edificio más antiguo fue coronado con un templete con objeto de colocar un reloj, del que actualmente solo se conserva el hueco vacío de la esfera. Tras pasar por diversas manos, la Posada fue vendida a la casa de relojería Girod quienes incluyeron en el edificio su taller a través de la reforma del ala del primer piso.

El establecimiento se encuentra situado a pocos metros del arco de acceso a la Plaza Mayor de la capital por la calle de la Sal, muy cerca de la Puerta del Sol y del Palacio de Santa Cruz, actual sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. En un principio, junto a la Posada del Peine se encontraba la principal parada de diligencias de la capital, como aún recuerda el nombre de la calle de Postas, donde se ubica el hotel.
 
Su nombre no es casualidad. Viene dado por un dato muy peculiar: en sus inicios, como servicio adicional para sus clientes, en sus habitaciones se contaba con un peine atado a una cuerda para impedir que los viajeros se lo llevaran.

A lo largo de la historia de la literatura podemos encontrar numerosas referencias a la Posada del Peine. Allí se alojaron, entre otros, la viuda de Gustavo Adolfo Bécquer, Casta Esteban, o el pintor José Gutiérrez Solana. El edificio fue además objeto del discurso de ingreso en la Academia de la Lengua de Camilo José Cela.

La Posada se mantuvo abierta al público de forma modesta hasta alrededor de 1970, época en la que cerró sus puertas. En 2006 el hotel recuperó de nuevo todo su esplendor de antaño gracias a la inversión y esfuerzo de la cadena hotelera madrileña High Tech, manteniendo su denominación original, la cual gestiona desde ese año la Posada. De su mano, la antigua Posada se ha convertido en un referente turístico e histórico de Madrid.

Posada del Peine
Posada del Peine

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