Esta farmacia, ubicada en la calle de Toledo, 46 y fundada en 1895 se llama así por tener una hornacina con la
imagen de la Virgen de la Paloma. Probablemente el primer farmacéutico fuese
José Serra y Roca. Según el plano de la licencia, no parece que en la reforma
que se realizó en los años cincuenta se hiciesen modificaciones.
La farmacia tiene un bonito despacho de medicamentos con
anaquelería a los lados, rebotica para la confección y almacén de medicamentos,
cocina, un par de cuartos y salida a patio interior. La farmacia expone muchos
elementos antiguos, desde la máquina registradora, jarras, botamen o tarros de
porcelana y cristal, hasta morteros y diferentes envases de antiguos
medicamentos.
Los anaqueles de la rebotica están desbordados por las
materias primas y compuestos químicos necesarios para la elaboración de
específicos, ungüentos y fórmulas magistrales.
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